He iniciado la lectura de un
nuevo libro, se llama “Por qué fracasan los países” de Daron Acemoglu y James
Robinson. Es un análisis histórico de los orígenes del poder, la prosperidad y
la pobreza.
En un análisis que realiza de la
problemática vivida hace unos años en Egipto durante el derrocamiento de
Mubarak menciona que a pesar de que los egipcios se deshicieron de los imperios otomano y británico, esas
transformaciones condujeron al poder a otra élite tan poco interesada como los
otomanos y lo británicos en lograr la prosperidad para los egipcios de a pie.
En consecuencia, la estructura básica de la sociedad no cambió y Egipto
continuó siendo pobre.
Así el libro hace todo un
recuento y análisis de porque las naciones son pobres y cómo es que no cambian
aunque cambien sus dirigentes. Pero lo interesante de esto es que ese análisis
que hace de Egipto aplica a México, y no solo al México actual, sino al de antaño.
¿Por qué digo esto? Bueno México
antes de la independencia era dominado por la Corona Española, se independiza y
¿qué pasó? ¿Realmente hubo mejoría para el ciudadano de a pie? No, lo que hubo
fue que una nueva elite, ahora criolla, mexicana, se posicionó en el poder y ya
no tenía que enviar tributo a la Corona.
Pasaron muchos años y una revolución,
que para la gente de a pie nuevamente significó poco y entonces llegó al poder
la nueva elite: el PRI, que se quedó por setenta años dirigiendo hasta que se
da en el 2000 el gran cambio y ahora el PAN llega al poder ¿Por qué no pasó
nada? ¿Por qué se incrementó el desempleo? ¿Por qué la gente de a pie tuvo que
mejor buscar opciones fuera que en su mismo país? Porque no se dio un verdadero cambio,
nuevamente solo llegó una nueva elite, pero la estructura básica de la sociedad
no cambió.
Hoy tenemos al PRI nuevamente al
frente, pero es la misma estructura tanto política, como social o ciudadana la
que rige. Mientras no exista un verdadero cambio estructural y la sociedad no participe más activamente y
no piense que hacer democracia es ir a votar y nada más, difícilmente van a
cambiar las cosas.
Conocer nuestra historia nos debe
de servir para reflexionar, hacer algo y cambiar los patrones, no para
replicarlos y decir que las cosas suceden porque el problema es de orden
cultural o de raíz y que no puede ser transformado. Comentarios
cmccoyc@gmail.com
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