Como hemos venido comentado en colaboraciones pasadas, las microempresas son en número las unidades económicas más representativas para las economías de diversos países, incluido México. Entonces deberíamos crear instrumentos que apoyen al desarrollo de esta clasificación empresarial, y preguntarnos porque los esfuerzos son direccionados a otros lugares pero no a la microempresa.
Una de las razones fundamentales por lo que sucede lo anterior, es el riesgo tan alto de supervivencia que se considera que dichas empresas registran. Sin embargo, seguiremos rompiendo mitos, ya que de una muestra de 86 pymes (Olivares y Aguilera 2006) que se evaluaron para un análisis de perfil de los empresarios que llevaban operando dos años al momento de la entrevista, nos encontramos con la grata sorpresa de que en la actualidad de ese universo siguen operando 41 empresas.
Con base en lo anterior, la afirmación de que mueren 8 de cada 10 Mipymes que abren no resulta tan precisa, dado que de esta muestra sobrevivió el 41% de las empresas. Para realizar un análisis de mortandad se tendrían que tomar en cuenta otras apreciaciones como: quien las dirige; que programas o incentivos desarrolla el gobierno para que resulte atractivo crear o invertir en una microempresa; también se deberá considerar en dicho análisis cual es el mercado en el que se desarrollan.
Por el momento nos enfocaremos en cuáles son los programas que se han generado para lo que nos hemos dado a la tarea de identificar de 62 programas de apoyo de la secretaría de economía lo siguiente, 9 son dedicados en exclusivo a microempresas 25 a Mipymes, 26 a Pymes y 2 la mediana empresa.
Estos programas se desarrollan a través de 23 organismos intermediarios, siendo 10 de ellos conocidas entidades bancarias. Para que les otorguen un crédito hay que cubrir determinados requisitos, lo cual pareciera razonable.
De los 62 créditos que otorga la Secretaría de Economía 54 piden referencias positivas en el Buró de crédito; 21 de ellos piden una garantía hipotecaria; 10 de ellos a Pymes y una incluso a microempresas. El tiempo de operación de cada crédito varía, y va desde 6 meses de operación para pymes hasta 5 años de operación para un crédito pyme. Así también varían las ventas que deben de registrar que van desde 400 mil pesos hasta 3 MDP y además hay algunos créditos que son exclusivos para determinados sectores como el industrial, el de la masa y la tortilla o el automotriz; e inclusive hay créditos para pymes y micros que se hayan visto afectadas por contingencias sanitarias o fenómenos naturales.
Todo lo anterior suena bien y como se dijo anteriormente parece razonable. Pero que empresario con necesidad de un crédito para su empresa en operación y que se enfrenta al día a día laboral va a contar con el tiempo de realizar la investigación que aquí hemos realizado. Investigar cuantos créditos hay (62), cuales son para la unidad económica a la que pertenece (Micro, Pequeña o Mediana); cuales piden garantía hipotecaria (21) y en que bancos (10) por solo mencionar unos breves puntos de todo lo que solicitan.
Un empresario que requiere un crédito acudirá a tres entidades financieras para ver si le ayudan y quizás si le apoyan pero no es la mejor opción para su negocio o no está aprovechando alguno de estos 62 programas que con anterioridad ya ha puesto en el mercado la Secretaría de Economía para el beneficio de estos empresarios que son gran parte del esqueleto económico de nuestro sistema. Ahí es donde parece que se comienza a fracturar el sistema de apoyos de las entidades gubernamentales hacia las Mipymes.
Sin hablar de cuando se le solicita a empresas requisitos que por su condición económica de microempresas difícilmente pueden cumplir como es el caso de una garantía hipotecaria.
Llegan a ser tan complejos los requisitos o su cantidad que solicitan que los instrumentos creados para apoyar a la microempresa en un inicio llegan a no cumplir sus objetivos con lo que sería importante homogeneizar lo que las instituciones financieras solicitan para que al empresario le sea más fácil pensar en la posibilidad de adquirir un crédito para continuar con sus operaciones o expandirse si es lo que busca y así mejorar su operación. Con colaboración de Miguel A. Olivares Publicado en Novedades Quintana Roo el 18 de octubre de 2010
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