Estimado lector si le preguntáramos su percepción sobre el desempleo en México ¿cuál sería su respuesta?, hay o no desempleo, esta respuesta estaría ligada directamente con sus experiencias de vida, verificaría su entorno y reflexionaría cuál es la situación de sus conocidos y después diría si hay desempleo o no.
Los datos de INEGI indican que en 2010 hubo un 4.91% de desempleo y la última cifra de abril del presente año es de 5.17 en el país, a pesar de haber subido todavía parece prometedor el porcentaje. Pero la realidad es que a este resultado se le suman todas las actividades económicas como el subempleo y la informalidad, lo cual podría generar suspicacia en la veracidad del resultado, ya que las mediciones del sector no formal, tal y como lo afirma la Secretaria de Economía, no son precisas.
Por otra parte, reflexionemos porqué la gente acepta un empleo con un menor sueldo, tiene necesidad de trabajar más horas de las que su empleo actual le reclama, dato que es conocido como subempleo o inclusive trabaja en el sector informal con tal de generar un ingreso para mantener a su familia. Lo anterior objetivamente no debería tomarse como empleo dado que son fallas de mercado que orillan a las personas a situaciones extraordinarias, pero si resulta conveniente para las autoridades sumarlas todas para poder reportar un 94.83% de empleo nacional.
Si sólo tomamos los datos del INEGI del empleo que generan las unidades económicas formales, que son poco más de 35.5 millones de habitantes de la Población Económicamente Activa, llegaríamos al 66.56% de personas ocupadas en edad productiva, esto es una problemática latente para las finanzas sanas de los municipios, los estados, y obviamente el país y que no se menciona dado que las cifras son manejadas de manera muy conveniente para disfrazar una realidad que usted y yo a diario percibimos en la calle de manera diferente y que inclusive está relacionada al los altos índices de violencia e inseguridad que se viven.
Si se contara con instrumentos ágiles que permitieran que las empresas funcionaran en la “formalidad”, sin que esto represente una problemática tal y como lo ven algunos de los empresarios, los datos serian distintos. Porque afirmamos que el porcentaje mayoritario de los empleos son proporcionados por la micro y la pequeña empresa y también afirmamos que muchas de las microempresas está operando en la informalidad, entonces resultaría obvio que al hacer algo para que estos sectores comiencen a operar en la formalidad se tendrían datos con mayor precisión y significado.
Pero si en vez de dirigirlos a que operen formalmente, les hacen trámites engorrosos para su alta, si tienen que pagar multas por que nunca se les indico que debían sacar X o Y permiso, si no se les proporcionan estímulos adecuados a sus necesidades, si no se cuenta con infraestructura para sus operaciones, no se construyen políticas de apoyo ajustadas a sus necesidades, seguiremos teniendo datos no apegados a una realidad municipal, estatal y federal y no se podrán construir estrategias de desarrollo pertinentes para el país. En colaboración con Christine Mc Coy.
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