04/11/2013
En estos meses
se está evaluando la nueva reforma fiscal. Muchos cambios ya han sido
aprobados, otros siguen en discusión y será en unas semanas cuando nos
enteraremos del veredicto final. Sin embargo,
más allá de la reforma fiscal me gustaría reflexionar acerca del fin que
los impuestos tienen y el uso que se les da.
Originalmente el
impuesto es el dinero que nosotros le damos al gobierno para que él lo maneje y
realice una serie de actividades para beneficio de la comunidad, que nosotros
precisamente por estar ocupados en otra actividad productiva no podemos
realizar.
¿A qué nos
referimos? Todo es parte de un círculo económico. Usted tiene una empresa, esa empresa genera empleos
que proporcionan un ingreso a las personas para que después puedan consumir en
otras empresas.
Para que usted y
yo lleguemos a nuestros trabajos debe de haber una infraestructura mínima como
calles, alumbrado público, drenaje, servicios de recolecta de basura, sistema
de alcantarillado y agua potable, por
mencionar algunos y esa es responsabilidad del gobierno.
La sociedad, consciente
de que en ocasiones las necesidad que se tienen son mucho más grandes a los
alcances del gobierno y entonces se tienen dos opciones le damos más dinero al
gobierno para que funcione o la iniciativa privada brinda parte de esos
servicios y así la carga gubernamental es menor porque habrá empresas privadas
que brinden algunos servicios y su peso social disminuye.
Esos servicio
son la seguridad, no solo hay seguridad pública sino también hay seguridad
privada y los ciudadanos tienen derecho o posibilidad de elegir. Otros
servicios similares son la educación y la salud, en ambos hay opciones privadas
y públicas.
Hasta ahí todo
se entiende y suena bonito. ¿Pero qué pasa en la realidad? ¿Por qué el gobierno
no recolecta lo que calculo y busca entonces más contribuyentes?
Empecemos
reconociendo que las deducciones que hacen las grandes empresas y los mismos
gobernantes con sus grandes sueldos le quitan presupuesto al gobierno. Después el
mal manejo de prioridades que el gobierno tiene, hacen también que ese dinero se reduzco. Por último, la evasión
fiscal, donde gente paga menos de lo que debe o de plano no paga como es la
economía informal, merma ese presupuesto gubernamental.
Así como a usted
y a mí nos sube el costo de vida, le pasa al gobierno entonces debe buscar más
contribuyentes. Sin embargo, lo que hace es pedir más de los contribuyentes
cautivos generando estas reformas que a la larga tienen poco resultado fiscal y
si mucho impacto social sobre una parte de la sociedad que ya enfrenta de por
sí una fuerte carga impositiva.
Las soluciones a
esta situación son muchas, pero algunas de ellas requieren voluntad política
para poder ser aplicadas. Aquí sólo expondré lo que en mi opinión podría
resultar ser parte de esos remedies.
Las empresas
grandes son parte de la solución, aunque ellas no lo vean así, ya que éstas deben de entender que ellas son
parte del mismo círculo económico que
mencionábamos arriba. El rol que ellas juegan es la creación de empleos y nos es ningún favor a la sociedad ya que
obtienen una ganancia, y sustanciosa, de capital.
Por lo anterior NO
debería haber exenciones a las empresas
y menos a las grandes porque resulta que las que deducen todo son las
multinacionales y grandes empresas mientras que las medianas y pequeñas sufren
grandes persecuciones fiscales. La infraestructura y servicios que se pone con
los impuestos también es para ellas y que no existe ninguna razón para que deban
deducir impuestos.
Por otra parte,
hay impuestos al consumo cómo el IVA e impuestos a la renta como el ISR. El impuesto a la renta en México ha resultado ser desigual porque no
se grava al que más tiene y menos al que menos tiene. Aquí el que menos tiene
pero es contribuyente cautivo, es decir el trabajador y las pequeñas y medianas empresas, paga más que el que más
tiene como las grandes empresas.
Para evitar esa
desigualdad en lugar de impuesto sobre
la renta debería de existir un solo impuesto al consumo el IVA, y quitar de
lleno el ISR para dejar intacto el sueldo. Entonces quien tiene más suele
gastar más y por ende pagará más que el que menos tiene.
El ahorro interno beneficia al país sin
embargo con los esquemas actuales se hace muy complicado ahorrar. Si se gravara
solamente el consumo, dejando intacto el sueldo que las personas reciben,
habría mayor oportunidad de impulsar el ahorro interno lo que a la larga
beneficiaría a todos gobierno y
particulares. En colaboración con Miguel
Ángel Olivares Urbina. Comentarios a cmccoy@ucaribe.edu.mx y maolivares@ucaribe.edu.mx
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