29/07/2013
En esta ocasión, este espacio que
generalmente es para hablar con nuestros amigos empresarios de situaciones
ligadas a su empresa, lo utilizaré para invitarlos a una reflexión conjunta
porque la destrucción de nuestra ciudad,
en nombre del “desarrollo”, impacta.
La expresión de
todo mundo este verano es ¡Qué Calor! Todos pensamos que cada verano hace más
calor que el año anterior. No es que se nos olvide que el año pasado hizo
calor, lo que sucede es que en efecto la temperatura es mayor. Pero ese “cambio
climático” no sucede de manera gratuita, sino que nosotros junto con nuestras
autoridades lo provocamos.
Leía en la
semana acerca del conflicto que existe entre economistas y ecologistas. Unos
quieren proteger todos, Ecologistas; por su parte los economistas tienen
problemas para tomar en serio los argumentos acerca de los impactos ambientales
y solo piensan en remuneración y crecimiento.
Esas
contradicciones se ven reflejadas en el desarrollo urbano de las ciudades.
Donde los que parece que ganan son los economistas que solo quieren crecer.
Pero no es solo cuestión de economistas sino de planificadores urbanos,
autoridades y ciudadanos en conjunto.
Sé que Cancún
crece y debe de modernizarse. Pero, me pregunto ¿Queremos una ciudad de cemento
en medio de la selva? Nos quejamos porque los turistas no bajan a la ciudad y
no existe una verdadera derrama económica. Pero ¡qué visitante querrá caminar
en una ciudad donde se cocina de calor!
Los árboles más
allá de ser ornamentales generan una serie de beneficios sociales llamados
servicios ambientales que aparentemente no son cuantificados monetariamente
pero, si se piensa bien, si reflejan un impacto económico.
Nueve son los
servicios ambientales que los árboles proporcionan, entre los que se encuentran
la Captura de carbono; La regulación de la
temperatura; Provisión
de agua en calidad y cantidad; Generación de oxigeno; Amortiguamiento del impacto de los fenómenos
naturales; Protección
y recuperación de suelos (estabilización de taludes); Barrera contra ruidos (diversos estudios
señalan que se logra una disminución del ruido hasta por 10 a 12 decibeles con
la plantación estratégica de árboles); Biodiversidad y
finalmente Paisaje y recreación.
Reyes y Chaparro
en su artículo los
servicios ambientales de la arborización urbana: retos y aportes para la sustentabilidad
de la ciudad de Toluca, reconocen
que la calidad ambiental de las ciudades depende en buena medida de la
frondosidad de sus parques, plazas y parques. Los árboles nos protegen de los
rayos solares, tamizan la luz intensa y embellecen el espacio pero sobre todo,
tienen una función de regulación bioclimática que favorece la humedad del aire
al absorber el agua por sus raíces y restituirla por evapotranspiración.
Sin embargo en Cancún parece que esto a las
autoridades no les interesa porque esta
semana en aras del “progreso” están destruyendo arboles en la López Portillo y
en la Sunyaxchen, una calle agradable para caminar por su vista, parece que
también, porque desean reducir el camellón.
Yo le pregunto a
ustedes amigos empresarios y ciudadanos ¿Esa es la ciudad que quieren? ¿Esa es
la ciudad que quieren mostrar a los turistas que visitan el principal destino
turístico mexicano? ¿Creen que las
calles llenas de cemento invitarán a los turistas a ser visitadas?
No solamente nos
convertimos día a día en una ciudad
desangelada en medio de la selva, lo que impactará en la derrama
económica de los turistas en el centro y además quienes aquí vivimos cada día
sufriremos más calor a causa de la mayor cantidad de cemento y la menor de árboles. En colaboración con Miguel
Olivares. Comentarios cmccoy@ucaribe.edu.mx
y maolivares@ucaribe.edu.mx
No hay comentarios:
Publicar un comentario