Renuncio a la necesidad de tener razón y trabajo en grupo con amor

lunes, 13 de enero de 2014

¡Qué calor!

29/07/2013
En esta ocasión, este espacio que generalmente es para hablar con nuestros amigos empresarios de situaciones ligadas a su empresa, lo utilizaré para invitarlos a una reflexión conjunta porque  la destrucción de nuestra ciudad, en nombre del “desarrollo”, impacta.
La expresión de todo mundo este verano es ¡Qué Calor! Todos pensamos que cada verano hace más calor que el año anterior. No es que se nos olvide que el año pasado hizo calor, lo que sucede es que en efecto la temperatura es mayor. Pero ese “cambio climático” no sucede de manera gratuita, sino que nosotros junto con nuestras autoridades lo provocamos.
Leía en la semana acerca del conflicto que existe entre economistas y ecologistas. Unos quieren proteger todos, Ecologistas; por su parte los economistas tienen problemas para tomar en serio los argumentos acerca de los impactos ambientales y solo piensan en remuneración y crecimiento.
Esas contradicciones se ven reflejadas en el desarrollo urbano de las ciudades. Donde los que parece que ganan son los economistas que solo quieren crecer. Pero no es solo cuestión de economistas sino de planificadores urbanos, autoridades y ciudadanos en conjunto.
Sé que Cancún crece y debe de modernizarse. Pero, me pregunto ¿Queremos una ciudad de cemento en medio de la selva? Nos quejamos porque los turistas no bajan a la ciudad y no existe una verdadera derrama económica. Pero ¡qué visitante querrá caminar en una ciudad donde se cocina de calor!
Los árboles más allá de ser ornamentales generan una serie de beneficios sociales llamados servicios ambientales que aparentemente no son cuantificados monetariamente pero, si se piensa bien, si reflejan un impacto económico.
Nueve son los servicios ambientales que los árboles proporcionan, entre los que se encuentran la Captura de carbono; La regulación de la temperatura; Provisión de agua en calidad y cantidad; Generación de oxigeno; Amortiguamiento del impacto de los fenómenos naturales; Protección y recuperación de suelos (estabilización de taludes); Barrera contra ruidos (diversos estudios señalan que se logra una disminución del ruido hasta por 10 a 12 decibeles con la plantación estratégica de árboles); Biodiversidad y finalmente Paisaje y recreación.
Reyes y Chaparro  en su artículo los servicios ambientales de la arborización urbana: retos y aportes para la sustentabilidad de la ciudad de Toluca, reconocen que la calidad ambiental de las ciudades depende en buena medida de la frondosidad de sus parques, plazas y parques. Los árboles nos protegen de los rayos solares, tamizan la luz intensa y embellecen el espacio pero sobre todo, tienen una función de regulación bioclimática que favorece la humedad del aire al absorber el agua por sus raíces y restituirla por evapotranspiración.
Sin embargo en Cancún parece que esto a las autoridades  no les interesa porque esta semana en aras del “progreso” están destruyendo arboles en la López Portillo y en la Sunyaxchen, una calle agradable para caminar por su vista, parece que también, porque desean reducir el camellón.
Yo le pregunto a ustedes amigos empresarios y ciudadanos ¿Esa es la ciudad que quieren? ¿Esa es la ciudad que quieren mostrar a los turistas que visitan el principal destino turístico mexicano? ¿Creen que  las calles llenas de cemento invitarán a los turistas a ser visitadas?

No solamente nos convertimos día a día en una ciudad  desangelada en medio de la selva, lo que impactará en la derrama económica de los turistas en el centro y además quienes aquí vivimos cada día sufriremos más calor a causa de la mayor cantidad de cemento y la menor  de árboles. En colaboración con Miguel Olivares. Comentarios cmccoy@ucaribe.edu.mx y maolivares@ucaribe.edu.mx

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