Renuncio a la necesidad de tener razón y trabajo en grupo con amor

sábado, 2 de agosto de 2014

El valor de la historia



No faltará quien crea que economía e historia no están relacionadas, sin embargo tienen mayores cosas en común de las que se imaginan amigos lectores. Más de una ocasión he escuchado, e incluso repetido yo misma, que en nuestro país existe amnesia histórica. En ocasiones no es amnesia, sino que no conocemos nuestra historia  y por lo tanto no  nos enteramos que ésta se repite constantemente y que los errores del pasado se siguen haciendo.
Recientemente encontré un libro llamado México Negro, novelado o no, maneja muchos datos verídicos de lo que fue nuestra historia y el interés de extranjeros por explotar el petróleo mexicano para su beneficio, haciendo a un lado a los dueños de la tierra, que se supone, son incluso quienes se deberían ver beneficiados por ese recurso natural “patrimonio nacional”.
La reforma energética aprobada recientemente promete una mayor producción de petróleo y gas, mismos que incrementará el presupuesto del país y  ese ingreso adicional se destinará a abatir la pobreza, a mejorar la salud pública, a construir carreteras y caminos y brindar más servicio de agua, dicen las autoridades.
Pero si no mal recuerdo, en la época de Vicente Fox, hubo los famosos excedentes petroleros y en ese tiempo indicadores de pobreza incrementaron y la economía se estancó. Esos excedentes petroleros eran peleados por los estados supuestamente para ser aplicados en infraestructura y desarrollo de la economía de los mismos y al final acababan siendo utilizados en gasto corriente. ¿Quién nos asegura que ahora no será igual?
La inversión extranjera directa es muy buena, y es un buen instrumento para que las naciones logren en efecto desarrollar sectores donde no cuentan con recursos o  tecnología y la perforación de pozos profundos es un área de oportunidad que México tiene y donde no cuenta con la tecnología suficiente.
Pero si uno se acerca a la historia petrolera de nuestro país, conocerá que en 1906 empresas extranjeras explotaban el petróleo mexicano y se llevaban los beneficios a su país. Como lo mencionó Taft, presidente de Estados Unidos en 1909, “los recursos obtenidos por nuestros negocios en otros países son vitales dentro de nuestras políticas domésticas de desarrollo”.
¿Se podrá repetir la historia? ¿Se pusieron los candados suficientes en esta nueva reforma para que en esta ocasión si sea México y los mexicanos quienes se vean beneficiados?

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