Apoyar o no apoyar

Hay una nota que salió en un periódico el 19 de febrero de este año y no deja de darme vueltas en la cabeza “Muere el 78.6% de la MiPyMes apoyadas” así decía el titular.  La razón por la que no me deja de dar vueltas es la  ineficiencia que esto representa, pero no solamente de las empresas, sino de la forma en la que están armados los programas.

Esta no es culpa de una sola parte, aquí hay culpables de ambos lados pero ahora viene la pregunta del millón ¿somos capaces de solucionarlo?

Para proponer una solución, habría que conocer la problemática de porque las MiPyMes apoyadas mueren en menos de 37 meses, es decir tres años, de haber sido apoyadas. De acuerdo a la nota la mayoría de las muertes de las MiPyMes se encuentra relacionada con capacitación, carecer de personal especializado, otra manera de decir falta de capacitación,  que agregue valor a los procesos y debilidad en la estructura organizacional; todo mundo quiere ser jefe y ganar como jefe, además  de problemas de acceso a financiamiento, falta de encadenamiento productivo y desarrollo tecnológico.

Entonces, si han detectado esto  ¿Por qué se otorga el 93% a apoyos económicos y solamente el 7% a capacitación? Cuando una fuerte causa de los problemas de relaciona con la capacitación. La respuesta supongo que muchos la sabemos, pero esa es exactamente la razón por la que las cosas no funcionan y se llama corrupción e irresponsabilidad.

Esa evaluación que se hizo era de 2001 a 2013 y se habían  otorgado en ese lapso 78 mil millones de pesos en diversos programas.   No solamente aquí en México se aplican programas como estos, en Estados Unidos existen los SBDC “Small Business Development Centers”; centros especializados para apoyar y llevar de la mano  a las pequeñas empresas.

Lo subrayo porque no es solamente dar dinero o una maquinaria, es ese acompañamiento el que hace la diferencia entre el éxito y el fracaso de una MiPyMe apoyada. Aquí se está con ellas para la foto  de arranque del programa y la entrega del dinero pero después se les olvida. La Unión Europea tiene programas similares y también cuentan con ese acompañamiento.

Si se quiere cambiar el hecho de que 84.1 % de las empresas apoyadas tengan rentabilidad  insuficiente para invertir en el incremento de su productividad y 99.3% de las mismas no se integran a cadenas productivas, desarrollo tecnológico y acceso al mercado externo  debe de cambiarse el esquema, darle  verdadero acompañamiento a las empresas, priorizar la capacitación sobre el otorgamiento solo de recursos que la mayoría de las veces no sirven porque se los gastan ineficientemente y solo fomentan la corrupción en diversos niveles.