Renuncio a la necesidad de tener razón y trabajo en grupo con amor

lunes, 17 de febrero de 2014

La interdisciplinariedad de la ingeniería

En ocasiones  no nos percatamos de lo interdisciplinario que es el mundo. La ingeniería  y su terminología van más allá del ámbito de la construcción  de puentes, edificios, carreteras y casas. Por ejemplo cuando escuchamos el término Capacidad de Carga en nuestra mente surge la idea de resistencia y limites de algo.
Todo tiene una capacidad de carga física, un límite máximo  con el que se puede llenar algo, un vaso, un edificio, un parque, una ciudad o un destino como nuestra Zona Hotelera. Esa capacidad de carga física depende de las dimensiones del objeto o espacio.
La Zona Hotelera tiene una capacidad carga física de 12,700 hectáreas  (127 kilómetros cuadrados) de los que solamente 21.9 corresponden  a la capacidad de  carga real  del área, porque  son los destinados  a uso turístico de acuerdo al plan maestro de 1982 y el resto  correspondía a  Sistema Lagunar Nichupté.  Los avances tecnológicos han ayudado a ganarle terreno a la laguna mediante relleno para construir más sobre una franja de tierra que originalmente era más estrecha en algunas zonas.

Pero ahí no acaba la cuestión, esa  capacidad de carga  real también tiene un límite que se conoce como Capacidad de Carga Efectiva  ya la derrama de la Zona Hotelera se ve afectada  si en los 21.9 kilómetros colocamos solamente hoteles y residenciales. ¿Qué servicios  extra, además de los ofrecidos por el establecimiento, les vamos a ofrecer a las personas que vengan a esos hoteles para que salgan a gastar? 

Cuando entendamos que el mundo tiene una interdisciplinariedad y que ese término de ingeniería conocido como la Capacidad de Carga tiene efectos sociales, económicos, ambientales y culturales  será más fácil comprender porque es importante poner un límite a la construcción de hoteles y edificios de segunda residencia ya que los  costos de no  hacerlo son más perversos para el destino y la comunidad en su totalidad.
Otro término interdisciplinario es la resilencia, una palabra originalmente aplicada a la física de materiales que se adapta perfectamente a la experiencia de Cancún  y su población que ha sabido sobreponerse a devastadores huracanes como Gilberto y Wilma, a pandemias como la influenza y a varias crisis económicas.
Cancún y su sociedad tienen una alta resilencia, se sabe reponer  y colocarse nuevamente como un destino de  interés  internacional.  Pero regresando al término capacidad de carga  ¿cuánto más puede aguantar la  el egoísmo de unos cuantos? Pensemos esto antes de que sea muy tarde.
El Plan de Desarrollo Urbano y el Programa de Ordenamiento Ecológico Local están detenidos,  ya no se escucha del tema porque el objetivo inicial se consiguió, derogarlos, pero no permitamos que caigan en el olvido  y en seis meses resurjan  instrumentos  con tan solo unos cuantos cambios superficiales y no de fondo.

Hardin Garret, especialista en el análisis de Capacidad de Carga  afirmaba en 1986 que la Capacidad de Carga de un sistema era inversamente proporcional  a la calidad de vida, entre más sobrecargamos un sistema más afectada se ve la calidad de vida de los ciudadanos.  Comentarios a cmccoy@ucaribe.edu.mx

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