En ocasiones
no nos percatamos de lo interdisciplinario que es el mundo. La
ingeniería y su terminología van más
allá del ámbito de la construcción de
puentes, edificios, carreteras y casas. Por ejemplo cuando escuchamos el
término Capacidad de Carga en nuestra mente surge la idea de resistencia y
limites de algo.
Todo tiene una
capacidad de carga física, un límite máximo
con el que se puede llenar algo, un vaso, un edificio, un parque, una
ciudad o un destino como nuestra Zona Hotelera. Esa capacidad de carga física
depende de las dimensiones del objeto o espacio.
La Zona Hotelera
tiene una capacidad carga física de 12,700 hectáreas (127 kilómetros cuadrados) de los que solamente
21.9 corresponden a la capacidad de carga real
del área, porque son los
destinados a uso turístico de acuerdo al
plan maestro de 1982 y el resto
correspondía a Sistema Lagunar
Nichupté. Los avances tecnológicos han
ayudado a ganarle terreno a la laguna mediante relleno para construir más sobre
una franja de tierra que originalmente era más estrecha en algunas zonas.
Pero ahí no
acaba la cuestión, esa capacidad de
carga real también tiene un límite que
se conoce como Capacidad de Carga Efectiva
ya la derrama de la Zona Hotelera se ve afectada si en los 21.9 kilómetros colocamos solamente
hoteles y residenciales. ¿Qué servicios
extra, además de los ofrecidos por el establecimiento, les vamos a
ofrecer a las personas que vengan a esos hoteles para que salgan a gastar?
Cuando
entendamos que el mundo tiene una interdisciplinariedad y que ese término de
ingeniería conocido como la Capacidad de Carga tiene efectos sociales,
económicos, ambientales y culturales
será más fácil comprender porque es importante poner un límite a la
construcción de hoteles y edificios de segunda residencia ya que los costos de no
hacerlo son más perversos para el destino y la comunidad en su
totalidad.
Otro término
interdisciplinario es la resilencia, una palabra originalmente aplicada a la
física de materiales que se adapta perfectamente a la experiencia de
Cancún y su población que ha sabido sobreponerse
a devastadores huracanes como Gilberto y Wilma, a pandemias como la influenza y
a varias crisis económicas.
Cancún y su
sociedad tienen una alta resilencia, se sabe reponer y colocarse nuevamente como un destino
de interés internacional. Pero regresando al término capacidad de
carga ¿cuánto más puede aguantar la el egoísmo de unos cuantos? Pensemos esto antes
de que sea muy tarde.
El Plan de
Desarrollo Urbano y el Programa de Ordenamiento Ecológico Local están
detenidos, ya no se escucha del tema
porque el objetivo inicial se consiguió, derogarlos, pero no permitamos que
caigan en el olvido y en seis meses
resurjan instrumentos con tan solo unos cuantos cambios
superficiales y no de fondo.
Hardin Garret, especialista en el
análisis de Capacidad de Carga afirmaba
en 1986 que la Capacidad de Carga de un sistema era inversamente
proporcional a la calidad de vida, entre
más sobrecargamos un sistema más afectada se ve la calidad de vida de los
ciudadanos. Comentarios a cmccoy@ucaribe.edu.mx
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