Llegue a Cancún
en septiembre de 1996, voy a cumplir 18 años en tierras quintanarroenses y no
puedo negar que fue un cambio positivo y que Cancún me ha brindado muchas
oportunidades tanto económicas como personales para mejorar mi vida. Sin
embargo, observo como Cancún cambia y paulatinamente se convierte en algo que
no me gusta.
Inspirada en esa
inquietud personal realicé hace unos meses un estudio con fotografías de la
Zona Hotelera, nuestra principal fuente de ingresos, y pregunté a los
participantes su percepción de lo que
veían. Lo que buscaba medir es algo que se llama Capacidad de Carga Perceptual
que es uno de los elementos que integran la Capacidad de Carga Turística.
Los resultados
fueron interesantes porque en efecto un 60% de los encuestados reconoció que la Zona Hotelera en la
actualidad ha dejado de ser un motor económico como lo era. Hubo imágenes en
las que casi de manera unánime los participantes coincidieron que lo que se percibe
es tensión, inestabilidad, inseguridad, desgaste, pobreza, deterioro,
saturación y desprestigio.
Pero el estudio
no solo buscó evaluar la parte de percepción económica, sino la ecológica y la
social. En la ecológica fue un poco más moderada la opinión aunque el 53% opinó que no existía un equilibrio
entre turismo y naturaleza en Cancún. Respuesta que es de llamar la atención,
cuando es un destino que se encuentra situado en el Caribe y fue escogido y se
ha posicionado entre otras cosas por sus
bellezas naturales.
Sin embargo,
cuando llegamos al análisis social observamos que a pesar de la percepción negativa en la parte
económica y la ecológica, socialmente si se considera que la Zona Hotelera
mejora la calidad de vida de los cancunenses.
Esta respuesta
pareciera denotar que muchos a pesar de ver los defectos que tiene la Zona
Hotelera la reconocen como una mejora de
vida porque la comparan con lo que tenían antes de venir a este paraíso. Porque
eso es, un paraíso, pero cada vez tiene
menos playas a disposición de los locales, más tráfico, salarios más bajos
debido a le excesiva competencia y turistas con menor poder adquisitivo con lo
que la derrama disminuye y beneficia a unos cuantos.
Recientemente
estuvo en los periódicos la discusión del Programa de Desarrollo Urbano 2013
-2030. Un plan que pretendía incrementar la densidad de la zona hotelera lo que
hubiera significado la sentencia de muerte para ella.
Estamos a la
espera de una nueva propuesta de plan, hay que estar muy atentos a él porque si
queremos, como cancunenses, que la zona hotelera siga mejorando nuestra calidad de vida debe también hacer que el aspecto económico de
la zona hotelera si sea un motor para todos y debe tener balance ecológico
sencillamente porque estamos en el Caribe y no debemos desaprovechar nuestras
bellezas naturales saturando de cemento el horizonte.
La Zona Hotelera
si fue planeada en sus inicios bajo una
perspectiva de equilibrio sustentable. Hagamos que la Zona Hotelera recobre ese
equilibrio económico, social y medioambiental y sea un destino turístico
sustentable, porque hoy lo ha perdido. Comentarios a cmccoy@ucaribe.edu.mx
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