Con esto del doctorado hay muchos libros que están haciendo cola en
mi escritorio para ser leídos porque sus temas no están relacionados con mi
tesis. Así, esperan a que su dueña termine el proyecto en el que se embarcó
hace unos años para poder abrir sus páginas y compartir el mundo con ella.
Entre esos libros hay dos de
economía uno de Tomas Piketty que habla del “Capital en el siglo XXI” y otro de
Daron Acemoglu y James Robinson titulado “Por qué fracasan los países”. Este
último inclusive lo veo yo como una pregunta directa para México ¿Por qué
fracasa México?
México tiene muchas cosas buenas,
es un país con muchas riquezas. Esto se ha dicho cientos de veces. ¿Entonces
porque no acaba de despuntar? Un colega mío hace unos meses hablaba de una
realidad dual que vive nuestra nación. Donde al interior se desacelera, pero
hacia el exterior se tiene un panorama positivo gracias a las nuevas
reformas, que harán al país lucir muy
atractivo para los inversionistas.
Esa dualidad no es nueva.
Recuerdo cuando estuve fuera unos años como a nivel internacional se percibía a
México como una nación que avanzaba con políticas macroeconómicas estables.
Pero, desafortunadamente el mercado interno estaba deprimido. Algo similar pasa
ahora.
Ahora vuelvo a la pregunta ¿Por
qué fracasa México? Considero que hay dos situaciones, entre muchas,
importantes. La primera se relaciona directamente con la visión de corto plazo que existe en el gobierno
donde cuidan lo centavos y pierden pesos y
me refiero a la discusión que se está dando acerca de alzar el salario
mínimo por un plumazo y dejar que la edad mínima para trabajar sea quince años.
La otra razón, ligada a las
anteriores de alguna manera, es la falta de educación o cultura que existe en
una buena parte de la sociedad mexicana. Donde no me refiero a la cantidad de
años que pasan en la escuela, algo que se supone está tratando de arreglar la
reforma educativa, sino a la falta de valores como la previsión, el ahorro, la
planeación, la responsabilidad y profesionalismo.
Cuanta gente es muy buena en su
trabajo, son buenos técnicos o profesionistas pero no cuentan con una cultura
del ahorro. En cuanto llega el pago se gastan el dinero y nunca piensan en el
día de mañana. Poblaciones así también
contribuyen a que las naciones se desarrollen más lento.
Por
eso la reforma educativa no solo debe de tener como objetivo que la población
tenga mayores grados académicos. Sino, que también exista un mayor nivel
cultural y de valores para poder pensar en un mañana más próspero en conjunto y esa parte que parece no se ve claro en la nueva reforma
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