Nuevamente se desea repetir la historia, pero en esta ocasión no está
funcionando como se esperaba. En tiempos del presidente Vicente Fox mientras el
mercado interno y las empresas mexicanas
presentaban problemas para salir adelante, el presidente promovía el
gran avance de México y la llegada de Inversión Extranjera Directa y en el
extranjero se lo creían.
Poco más de una década después,
Enrique Peña Nieto presenta una imagen de México como el país soñado para la
inversión extranjera directa y el turismo a nivel internacional y el mundo
voltea a vernos por otra situación: los acontecimientos de Tlatlaya e Iguala y
no le creé al presidente.
Hace unas semanas escribí acerca
de la inseguridad y su relación con la economía. De cómo una sociedad con problemas de inseguridad y
violencia dejaba de crecer. Razón por la que es importante controlar estas
situaciones.
Acapulco lleva años tratando de
reposicionar el destino y la situación de inseguridad lo hunde cada día más. A
todos los mexicanos nos debe de preocupar y ocupar la situación ya que es
nuestro país el que día a día entra en una encrucijada mayor y de la que va a
ser difícil y costoso salir.
Las crisis son momento de oportunidades. Lo que México vive
es una crisis profunda donde la delincuencia se ha hecho del poder y es momento
de reaccionar porque lo que sucede en el Guerrero es un cáncer del que no están exentos los demás estados y cada
día mata las oportunidades de crecimiento curiosamente de uno de los países más
ricos del mundo: El nuestro.
Solemos
ver las cosas lejanas e involucrarnos poco. Guerrero y Cancún no tienen nada
que ver dirán algunos, porque indignarnos aquí de algo que pasa lejos de
nuestras fronteras y cuya problemática no se encuentra reflejada en nuestra
entidad. Quizás sea cierto, sin embargo recuerden que en el extranjero la gente
ve violencia en México y Cancún está en México.
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