Para que la sustentabilidad y el
desarrollo sustentable sean reales se requiere necesariamente de un cambio de
mentalidad. NO podemos seguir con los mismos esquemas de vida, construyendo de
la misma forma o consumiendo igual si deseamos
tener un mundo mejor.
Lo anterior lo han entendido muy
bien los franceses cuyos diputados acaben de pasar una ley donde el establecer
una duración determinada de un producto por un fabricante, la denominada
obsolescencia programada o planeada, se puede castigar penalmente, acarreando
una pena de prisión de dos años y una multa de hasta 300,000 euros. Esto como parte
de la Ley de Consumo.
Si no entiende que quiere decir
obsolescencia programada le comento con un ejemplo del que acabo de ser
víctima. Tengo una Juguera Oster, se supone que la compré porque es una marca
de confianza y de mejor potencia que las que había en esa fecha en el mercado y
después de año y medio, no mucho uso y a pesar del buen cuidado ¡Ya no sirve! ¿
A que me obligan si quiero seguir disfrutando de mi jugo de zanahoria? Fácil, a
comprar otra.
Pero la obsolescencia programada
no es solamente el problema al que la sociedad se enfrenta en la actualidad,
como limitante para el éxito del desarrollo sustentable. Existe algo que se
llama “obsolescencia percibida”.
Esa es peor, porque esa es creada
por la mercadotecnia y apoyada por la sociedad. ¿Quien dice que mi celular que
funciona muy bien tengo que cambiarlo porque salió un modelo nuevo? Eso, es
solamente manipulación, las cosas tienen un uso; un celular sirve para
comunicarse, un coche sirve para transportarse eso es lo que nos debe quedar
claro.
Estimados
lectores, estamos a unas semanas de que inicien la cascada de anuncios pre
navideños de todo lo que debemos comprar en esta Navidad. Todo tendrá
“descuentos”, “meses sin intereses” y parecerá una buena compra. Antes de usar el poder de su firma le invito a que se
pregunte si lo necesita. Inicie con su cambio de mentalidad esta Navidad y siga
el ejemplo de los franceses.
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